SUEÑOS

Despertó de madrugada, sudando, con la ropa de la cama en el suelo y sin saber muy bien donde estaba.
Había cenado quizás demasiado o era que la juerga se alargó un poco más de lo debido. Daba igual. Sentía la boca seca, las sienes zumbando y el corazón acelerado. "Voy a darme la vuelta"...pensó. Como un rayo se sentó en la cama. Algo o alguien ocupaba el otro lado de la cama. Buscó a toda prisa el interruptor de la luz..."dónde demonios estaba el aparatito ese?". Pero por extraño que pareciera, no sentía miedo, sólo sorpresa y confusión, y desde luego prisa por encontrar el dichoso interruptor.
Por fin se hizo la luz.
- Ummm, apaga, por favor. qué molesta es la claridad a estas horas.
 Esa voz. Le sonaba conocida pero no podía precisar a quién pertenecía.
- Se puede saber que haces en mi casa, en mi cama?.Despiertaaaaa. Contéstame.
Aún no le había visto bien la cara, no sabía que nombre ponerle a la persona, ni siquiera podía precisar si era hombre o mujer. Pero seguía sin tener miedo. Algo le decía que no debía  tener miedo.
La voz se destapó, el cuerpo se destapó. El misterio se hizo realidad.
- Eres túuuu !!!???
- Claro,quien debería ser,sino?. No recuerdas tu invitación?.
Qué iba a recordar. Nada,no recordaba nada de esa invitación. Sólo recordaba su cara detrás de la copa,al otro lado de la mesa. De sus ojos grises, de su cara.Cómo para no recordar su cara!!!!. Y sus manos?, se fijó en ellas en cuanto le vió, al sentarse para cenar. Pero no recordaba la dichosa invitación. Ella lo había invitado a su cama?. Cuándo, en qué momento de la noche hizo eso ella?.
- Bueno, me recuerdas o no?, te veo perdida.
- Me acuerdo de ti, pero de nada más. Y de invitarte, menos.
- Piensa un momento...El jardín, la fuente, el traspiés...mis brazos y un beso que te robé. Bueno,que me dió la gana de darte sin pedirte permiso.
De pronto se le subieron los colores a la cara. Empezó a dar marcha atrás. Dichoso vinito...
El corazón iba más de prisa que al despertarse. "Qué bien besa", pensó. La película de la noche empezó a tomar forma.
- Muy callada te has quedado.
Callada, sorprendida, pero empezando a recordar y eso le producía  placer, sonrisa y deseo...
Habló despacio. " Ya recuerdo..."
Se volvió hacia la mesita de noche buscando el dichoso interruptor. Apagó. Buscó aquel cuerpo, aquella voz.
- Te molestaría abrazarme otra vez y decirme todo lo que me dijiste anoche?
- Te lo repetiré las veces que desees, tantas que podría quedarme sin voz.
- Pero ahora abrázame.
Se sintió abrazada, besada,amada.
Recordó aquella canción de Roberto Carlos..."abrázame asi, que esta noche yo quiero sentir,de tu pecho el inquieto latir, cuando estás a mi lado.
   Y no soñaba. Estaba segura que no soñaba.